Viviendo en el pasado. Reflexiones de un cuerpo envejecido.

Esta semana toca seguir desgajando «Anthology of sadness» y lo hacemos con la publicación de «Living in the past» acompañado de un relato hilvanando pensamientos de una vida que está próxima a acabarse. Reflexiones de todo un cúmulo de experiencias que dejamos reflejadas aquí.

Puedes leer el relato a la vez que escuchas la pieza tanto en esta misma web como en la descripción del video en la web directa de Youtube.

 

 

RELATO:
LIVING IN THE PAST

Llegaba al final de sus días, aunque con la suficiente lucidez como para hacerse miles de preguntas. Es cierto… Había aprendido millones de cosas a lo largo de su vida. Acumulaba vastas dosis de aprendizaje fruto de su intensa y larga vida. Pero sin embargo, aún atesoraba grandes interrogantes. Eran pocos, pero… !qué interrogantes!. Ello en cierto modo dinamitaba su futuro y empequeñecía su sapiencia lo que le convertia en pasto de la incertidumbre por lo que vendrá y por lo que dejaba aquí: una vida de inquietudes, de proyectos, de ilusiones. Sus arrugas le recordaban a diario que sus momentos en la Tierra se agotaban. Sus achaques le devolvían a la realidad tras las plácidas noches de sueño. Y sus ilusiones avanzaban mirando de reojo al dictador implacable del tiempo.

Sus días de pensamientos neutros, de dudas sin implicación emocional, iban ganando terreno. No solo dispondría de poco tiempo, sino que ademas lo empleó inconscientemente en divagar sobre la falta del mismo. Aunque lo peor estaba por venir cuando sus reflexiones acerca del paso a mejor vida
dejaron de ser neutras para ser poseidas por el miedo y el desasosiego.

No era él hombre de alma mohina. No se quedaba sentado a la espera de aquella de la guadaña como tantos contemporáneos. Era un hombre con sueños. Con el cuerpo tan viejo como el espíritu joven, a quien se le cercenaría su futuro en pos de cumplir con el sagrado e irremisible proceso entrópico de las cosas.
Su cerebro, viejo pero en forma, recurrió al pasado para sobrevivir a tanto interrogante. Comenzó a imbuirse en los recuerdos de su juventud, en los que fueron sus mejores amigos, en cómo conoció a su mujer o en cuando vió la luz al descubrir su elemento. Desgajó cada sensación, cada recoveco de sus recuerdos fue explorado en ese viaje que se alargó durante meses.
Para cuando se vino a dar cuenta no pudo enfrentar aquellas ilusiones y proyectos que tenía en mente. Entendió entonces que su viaje al pasado no era más que la toma de impulso hacia su inminente futuro, ya divorciado de su cárcel corpórea.

Relato de: Paco Mitos