Luz en el camino. Sobre la Luz y cómo vivir.

El relato de hoy, más que un relato es una reflexión. Sobre lo que somos. Sobre la luz dentro de cada una de las persona. Este texto trata sobre cómo vivir buscando esa luz y de cómo esquivar la oscuridad que intenta meterse dentro de uno mismo.

REFLEXIÓN:

Todos los seres humanos somos seres de luz, somos seres que nos movemos por una sed de cuestiones irresolubles que nos hacen ir de aquí para allá intentado alcanzar la verdad más completa. ( Encontrar un halo de salvación )

“Siempre habrá luz al final del tunel” es una frase tan usada, tan machacada que todos asumimos que pase lo que pase, siempre hallaremos la solución y el final feliz prometido, con o sin perdices.

No tiene por que darse algo parecido, ni todo lo contrario, la luz del camino la enciendes tú en cada paso que dás, con cada aliento de firmeza, con inflexibilidad y perseverancia, solo así caminaras seguro de ti mismo y disfrutarás de cada recorrido alumbrado de distinta manera, porque habrá luces que te gusten más que otras y otras que pensarás que ojalá jamás las hubieses encendido, pero de todas sacarás la mejor de las lecturas o en este caso, el mejor alumbramiento.

Platón decía que, “Podemos perdonar fácilmente a un niño que tiene miedo de la oscuridad,y que la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres tienen miedo de la luz”
Y así es, hay quien no encuentra su guía por miedo, por creer que las luces que creemos que nos señalan el norte son las correctas, y no tenemos que dejar que el destello de ciertas “antorchas” Nublen lo que realmente buscamos, que es nuestra propia luz, nuestra llama, aquella que te hará ser cohete o fuego, aquella que aumentará tu esplendor, tu fosforescencia.

Si miras las cosas como las mira el mundo, verás el infortunio al que las personas se enfrentan todos los días, nadie dijo que alcanzar la felicidad por momentos o ver luces en medio de lo abrupto que nos resulta todo, fuese fácil, es más, resulta ser, todo lo contrario, hay más desdicha que alborozo.

Hay quien cree que la luz nace con nosotros y conforme vamos creciendo ésta se va transformando o apagando en el peor de los casos, pero no hay que dejar que esto ocurra.

Vive intensamente, no buscando la luz, si no creándola a tu alrededor, sé la luz en mitad del camino, al principio y al final, hasta que se pueda, porque es lo que unicamente nace puro en tu interior, si generas amor, obtendrás lo mismo, no tengas miedo y deja expandir lo que eres.

No hay que entregarse a la oscuridad de dejarse perder por sentimientos dolorosos, o situaciones abyectas, porque solo tú eres capaz de cambiar lo que estás viviendo en el presente, tu alma vino a eso al mundo a evolucionar, con fe, con coraje, confianza y valor para no volver a atrás y quedarte estancado sin saber como seguir.
¿O prefieres manifestar rabia y dolor, tristeza y rencor?

La vida va mucho más allá, cada segundo cuenta, cada pestañeo que das no volverás a repetirlo, y cada latido que tu corazón marca fuerte, no volverás a oírlo, lo que dejes de hacer, no lo harás nunca, no al menos con la misma intensidad y emoción que lo hubieses hecho en el momento que pudo haber sido y eso hará que dejes de hacer realidad lo que deseas y concretar tus objetivos y con ello perderás tu felicidad que es lo único que nos mantiene vivos realmente.

La vida es como una ruleta rusa en la que constantemente tendrás que lidiar con ganar o perder, pero lo importante es seguir jugando y pasarlo bien.

Llama a tus puertas en una introspección pura y búscate a ti mismo, como único ser de luz de tu propio universo y sigue hacia delante, como si no hubiese nada que pudiera pararte, como si nada pudiera entretener tu atención salvo tu figura y encontrarás así la mejor y más grande luz que jamás hayas podido ver.

Reflexión de: Evelyn Ruiz