Publicamos «Homesickness», la historia de una joven lejos de su tierra

Seguimos con la celebración del cuarto aniversario de «Anthology of Sadness». Esta vez, publicamos la historia de una joven que por razones obvias, ha tenido que emigrar de su país de origen en busca de futuro. La historia nos acerca a sus tribulaciones internas en las que se sentirán identificados todos aquellos que han tenido que emigrar en busca de una esperanza. No olvidéis que se trata de darle al play y, mientras suena la música, leer el relato de forma pausada.

HOMESICKNESS
Llevaba 3 años fuera, a miles de kilómetros de casa. La razón fue la de siempre. La que era común en la segunda década del Siglo XXI. La que afectaba a cientos de miles de jóvenes. Sin embargo, el que hubiera tanta gente en la misma situación, no le restaba ni un atisbo de drama a la situación. Lejos quedaron sus padres, su hermano y sus animales. Un perro y un gato a los que adoraba. También quedaron atrás la ciudad y todos los proyectos que se cimentaban en ella para procurarse ilusiones y estímulos como todo ser humano y que ahora estaba buscando fuera.
El hecho de llevar tres años en otro lugar, no hizo que su psicología anduviera alejada del «ya me acostumbraré». Nada mas lejos de la realidad. Cada año, semana, mes y día le pesaban como una losa presa de su conclusión: «¿Para qué el bienestar laboral si no lo puedes compartir con tus seres queridos? ¿Para que la tan deseada estabilidad si realmente y lejos de tu familia, la inestabilidad pasa de la cartera al alma?» pensaba entre los cojines de su habitación.
En las antípodas de una conclusión satisfactoria, se iba a dormir esperando un nuevo día que sería igual que el anterior. Los mismos anhelos, la misma incertidumbre emocional y el mismo desasosiego la atenazaban.
De nada servían los intentos por alejar la mente de esa fina lluvia de pesar distrayéndose con aficiones, con nuevos amigos o pasiones. Esa lluvia fina se fue haciendo hueco mientras calaba en
su seno.

También reflexionaba sobre aquello de que todo tiene una parte positiva. Todo. «Aunque a veces no sepamos verlo mientras estamos inmersos en la corriente de los acontecimientos y no lo veamos. Y es que da igual… No se le puede poner ninguna barrera de contención a los hechos. Lo que tenga que pasar, pasará. Así pues, solo nos queda aprender de aquello que nos duele. Se trata de dejar que el daño nos encallezca lo justo y necesario para lidiar con las zancadillas del destino. Pero solo lo justo pues si se nos encallece el corazón y el alma, todo se vuelve plano. Las sensaciones no fluyen y nos hallaremos muertos en vida».
Eran las lecciones que le daba la nostalgia. La que cada pocos días le hacía una visita y se quedaba a dormir. La que a veces se tomaba con ella el café de la sobremesa o la que se quedaba instalada en el teléfono recién acabada la charla con su madre.

Relato corto de: Paco Mitos